Bandido dadivoso que dio nombre a El Mascarat (el Enmascarado), salteador de caminos, ganó fama por su generosidad para los necesitados. La leyenda hace referencia a un joven adinerado que gozaba de la consideración de sus vecinos por su afabilidad y alegría. La vida se rompió bruscamente, abocado a una tristeza que le sumió en un profunda depresión, al extremo de no salir a la calle ni a participar en las fiestas hasta que, de súbito, desapareció, dejando atrás un halo de misterio. Años más tarde, un labrador encontró el cuerpo sin vida vestido de negro y encapuchado que lo reconoció como el Mascarat, al ver el rostro desfigurado por la lepra.
La playa del Mascarat es de cantos rodados. En esta selecta urbanización, promovida por la familia Ballester, participó en un principio Julio Iglesias. A orillas del mar veranean familias adineradas que buscan el silencio, la luz, la tibieza del clima, los setos de jardines, las plantas aromáticas que perfuman las las noches de verano, las rocas naturales, los acantilados... Un paraíso para los sentidos. En la cima del Mascarat se alza los restos del castillo homónimo, también llamado castillo de Calpe.
El morro de Toix divide las ensenadas de Altea y Calpe. El Morro viene a ser una penetración del barranco del Mascarat en el mar, unos paredones que parece cortados a pico que atraen a los aficionados a la escalada.
Este frontón invicto, que emerge del mar y cierra por el noreste la bahía de Altea, abre la ensenada de Calpe que se interna en el mar unos mil metros. Desde el Mascarat sobrecoge su visión: paredes verticales desplomándose sobre el mar en una zona para submarinista y escaladores.
Atraídos por esta singular y hermosa geografía, la ensenada de Calpe ha sido asentamiento de numerosas culturas: iberos, fenicios (cuyo significado es 'ánfora boca abajo'), romanos que fundaron una próspera colinia dedicada al comercio y a la industria del pescado y del salazón. Se trata del saladar de Calpe, antiguas salinas romanas que producían sal calpina.
Símbolo de la Costa Blanca, parque natural desde 1987, el Peñón de Ifach es una gran reserva biológica que cuenta con variedad de especies vegetales y una más que notable cantidad de aves migratoria y nidificantes, como flamencos, garzas o el halcón peregrino.
Para verlas más de cerca hay que acudir al Aula de la Naturaleza, donde las visitas están reguladas y se puede obtener toda la información sobre este paraje tan encantador como singular
Calpe tiene once kilómetros de litoral desde Les Bassetes, pasando el Peñón, hasta el Morro de Toix, y playas como la de Levante o la del Arenal, y la cueva de las Palomas, en el Morro de Toix que mira a Altea, es de agua dulce y sólo se puede acceder por mar.
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